La nueva serie de TV: "Cosmos: A Spacetime Oddysey" ha sido anunciada como la sucesora "oficial" de la aclamada producción del legendario astrofísico estadounidense Carl Sagan: "Cosmos: A Personal Voyage", quien en 1980 sirvió de inspiración a incontables personas de todo el mundo que ampliaron sus perspectiva sobre nuestro lugar en el todo de las cosas. Lamentablemente, a juzgar por la primera entrega de esta serie, va a resultar en una gran decepción para muchos que aún recordamos con reverencia ese "viaje personal" que de muchachos compartimos con Sagan. Y es que resulta injustificable que con un presupuesto mucho mayor al que tuviera la serie original (producida por la Public Broadcasting Service (PBS), una institución sin fines de lucro), se haya obtenido un resultado que no entusiasma del mismo modo y que, en mi opinión, no hace justicia al espíritu de su creador original.
El guión, la música y los efectos parecen enmarcados en la fanfarria de una típica producción hollywoodense. Abundan además los clichés tomados de la serie original y los libros de Sagan, mientras se muestran en la primera mitad del programa cosas que hoy cualquier niño de primaria puede conocer. Lo que pretende ser un capítulo de introducción de lo que será toda la serie, desperdicia luego 15 minutos en una mala animación para tratar la vida de un monje de relativa poca consecuencia durante el Renacimiento. Un modesto intento de animarnos a cuestionar los dogmas de nuestra época y atrevernos a soñar con lo posible, aunque luego pueda ser demostrado cierto o no. Continúa después usando el recurso del calendario cósmico, empleado en la serie original, y acaba con un breve homenaje en el que el presentador, el astrofísico Neil deGrasse Tyson, relata su encuentro de joven con Sagan.
Aun quedan 12 capítulos por ver y aquellos jóvenes de los 80's con los que Sagan compartió su visión, no podemos evitar el deseo de revivir el sentido de la maravilla por la ciencia, en compañía de las nuevas generaciones de un siglo que apenas comienza.